No ya la desnudez rendida y celebrada, sino la promesa de alcanzarla. Entretelas cálidas, guardianas. Es la batalla y no las llaves lo que nos mueve. La voz, el roce; la caza y la pesca, no el bacalao, siempre nuevo y siempre conocido (y salado). La desnudez es el final, y nada nos pone tanto como los horizontes (de bajeza).
LA GUERRA Y LA PAZ
Hay miles de formas de pasar por la vida y de pertenecer a una época. No estamos para que en un mundo desorganizado los intelectuales se dediquen a la especulación pura. No sabemos lo que es la torre de marfil. Estamos para que los intelectuales entren en su época y pensamos que no hay otro medio para que entren que hacerles la guerra. La guerra para conseguir la paz. Antonin Artaud, «Mensajes revolucionarios»